Seguimos en la 3a semana de julio
Convencida de que ya estaba bien, decidí salir a los alrededores de la Patrona. No es que hubiese algo en especial que ir a conocer, pero cuando llevas varios días en la Patrona, ahí plantada, bajo un sol arrollador y sin pizca de brisa, esperando que venga el tren y sin nada más que hacer que ver como cocinan los frijoles (no te dejan ayudarlas a cocinar) cualquier sitio está bien por cambiar de escenario. El tren de la mañana con los migrantes ya había pasado y no habría otro hasta la noche así que Eider, un americano que estaba quedándose con las patronas llamado Mario y yo nos dirigimos a Córdoba.
Catedral de Córdoba |
Lo único que hicimos en Córdoba fue tomarnos un café, café que yo vomité en la noche después de día y medio que llevaba bien…por suerte estaba con una enfermera y teníamos otra inyección, así que me la puso y otra vez estupenda!
Y así de bien me sentía que no pude evitar irme de exploración a una gruta en Coetzala, a menos de una hora de La Patrona. Intentamos encontrar una gruta de la que nos habían hablado adentrándonos en el bosque pero había varios caminitos, no sabíamos por dónde ir y hacía un calor horrible, así que regresamos al pueblo.
El pueblito estaba muerto pero el señor que encontramos nos indicó el camino y nos recomendó que fuésemos después de comer, para que pegase menos el sol (30 en vez de 40 grados vamos). Así que nos pusimos a buscar dónde comer y acabamos en el patio de la casa de una señora, que nos puso mesa y sillas y nos sirvió unas tortas (como bocadillos) aunque yo no pude comer más que el pan porque aún no me entraba bien la comida.
Después, por fin encontramos la gruta:
Fue un día agotador por el calor y el paseo pero divertido, claro que al de día y medio se me volvió a pasar el efecto de la inyección y llegaron los vómitos otra vez, me da que es algo más que una infección o parásito…
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