martes, 20 de septiembre de 2011

Cañón del Sumidero

Sábado 13 de agosto

Como dije no hay voluntarios ya en ENLACE y casi todo el equipo son casados, con hijos; así que ando un poco escasa de compañía para salir. Por suerte el finde pasado estuve en Tsomanotik y aún quedan algunos voluntarios que me invitaron a ir otro fin de semana. Quizá lo dijesen solo por quedar bien, pero no es momento para vergüenzas, no puedo pasar el fin de semana encerrada en mi cuarto rentado.
Así que la furgoneta de Tsomanotik me recogió, junto con tres niños de la casa hogar, en Comitán y nos dirigimos hacia el Cañon del Sumidero. ¿El grupo? Los padres de la compañera, es decir, dueños de Tsomanotik, la hermana de ella (escritora de un libro para padres, best seller en el país), tres voluntarios canadienses de variados orígenes, una austriaca hippie, dos voluntarios mexicanos y los tres niños de la casa hogar (también llamados chantajistas emocionales profesionales: te quiero, ¿vendrás a verme a la casa hogar? ¿y me llevarás al cine?).

 




Cascada Árbol de Navidad









El Cañon del Sumidero se encuentra en el pueblo de Chiapa del Corzo. Hicimos un recorrido en lancha de unas dos horas, observando las grutas del camino, escuchando anécdotas (el acantilado donde los indígenas comitecos saltaron huyendo de los españoles, la imagen del cañón que resembla el escudo de Chiapas, la cascada con forma y nombre árbol de navidad) y buscando cocodrilos (no hubo suerte). A la ida se puso a llover y aunque no veíamos mucho intentar tapar toda la lancha con un plástico que se volaba mientras nos calábamos fue muy gracioso y a la vuelta regresó el sol que nos permitió disfrutar de un más relajado recorrido además de secarnos.






Vista del Cañon
Tierra Adentro, al fondo tiendas de cooperativas zapatistas

Al regresar cenamos en Tierra Adentro, un restaurante en San Cristóbal de las Casas que apoya a los zapatistas y que es un referente como punto de venta de productos de las cooperativas zapatistas. 


Después era muy tarde y llovía de nuevo, así que me ofrecieron ir a dormir a Tsomanotik en vez de volver sola a la casa y así poder continuar de excursión al día siguiente.

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